La meditación consiste en leer detenidamente un fragmento de un texto espiritual, preferentemente un trozo de la Biblia, releerlo, irse haciendo preguntas sobre la lectura y haciendo silencios para dejar que Dios mediante su Santo Espíritu nos dé las respuestas, ir confrontando la propia vida con la lectura y preguntarle a Dios: “¿Qué quieres de mí?”.